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Intolerancia a la lactosa: ¡Que no te digan que es una enfermedad!

Intolerancia a la lactosa: ¡Que no te digan que es una enfermedad!


Si tienes la sensación de que, de la noche a la mañana, la humanidad se ha vuelto intolerante a la lactosa, entonces este artículo es para ti. Aprende qué significa, realmente, este término.


Por Dra. Agustina Torreguitar, nutrióloga de Benefit Nutrición


Ya sabemos que la incapacidad o dificultad de digerir la lactosa es la regla. Entonces si lo “normal” es no tolerar la lactosa, ¿por qué este boom de su intolerancia? La realidad es que nuestro genoma está diseñado para que, a partir de los 2 años, los niveles de lactasa (enzima que rompe la lactosa para que esta pueda absorberse) empiecen a descender. Hace miles de años, parte de nuestro genoma mutó, lo que permitió que la lactasa persistiera y pudiéramos seguir disfrutando de los beneficios que la leche nos brinda. Pero, claro está, esto no ocurrió para todos.

Existe otro un grupo de personas que no toleran la lactosa no por “problema de enzima”, más bien tienen alteraciones en la pared intestinal, la microbiota o simplemente están saliendo de una diarrea que barrió con toda su flora, pero esa es otra historia...

¿Qué pasa cuando la lactosa no se digiere? 

Es fermentada por nuestras bacterias intestinales produciendo gases (hidrógeno, metano, dióxido de carbono), que causan distensión abdominal, dolor y diarrea.

¿Cómo puedo saber si soy intolerante a la lactosa? 

Si tienes síntomas después de tomar leche o sus derivados, te recomiendo visitar un especialista que probablemente te solicitará un test de aire espirado en el que se medirá la producción de hidrogeno, metano y/o dióxido de carbono. Si esta es alta, significa que tus bacterias intestinales están fermentando la lactosa, produciendo gases. Conclusión: eres intolerante a la lactosa.

¿Y ahora qué hago? ¿No tomo más leche? 

NO es eso. Lo correcto es seguir exponiéndonos a la lactosa en “bajas dosis” e ir logrando una mayor tolerancia. Además, no es necesario tener una dieta estrictamente libre de lactosa ya que en la mayoría de los casos con 250 ml de leche con lactosa no se tienen síntomas. El tratamiento debe ser combinado: productos con y sin lactosa, probióticos y suplementos con lactasa.

Entonces, ¿qué aprendimos?

La “intolerancia a la lactosa” no es una enfermedad, sino una variante normal de nuestro metabolismo.