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Dieta mediterránea: ¿Por qué es tan importante para nuestro corazón?

Dieta mediterránea: ¿Por qué es tan importante para nuestro corazón?

Las enfermedades cardiovasculares, tales como el infarto al miocardio y accidente cerebrovascular, van en aumento en Chile y a nivel mundial, principalmente debido a los cambios en el estilo de vida (dieta, tabaquismo y sedentarismo). En este mes del corazón, te invitamos a cuidarlo con más actividad física y con una alimentación más saludable.


Probablemente, más de una vez has escuchado hablar de la dieta mediterránea, ya que se ha asociado a múltiples beneficios en nuestra salud: tiene un importante rol en la protección contra las enfermedades cardiovasculares y en la prevención de ciertos cánceres -como el de mama y colon-, además ayuda a prevenir la diabetes, la depresión y distintos trastornos cognitivos, como la pérdida de memoria.

 

Pero a la hora de hablar de “dietas” propiamente tal, es importante considerar que la mediterránea no hace énfasis en la reducción de calorías. Más bien, busca reducir el consumo de carnes rojas, mantequilla, crema y alimentos procesados, promoviendo el consumo abundante de otros:

 

·       Verduras y frutas

·       Legumbres

·       Pescados (especialmente los grasos, como el salmón)

·       Aceite de oliva

·       Frutos secos

·       Granos integrales

·       Especias

 

De esta forma, la dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de grasas no saturadas- principalmente aceite de oliva-, antioxidantes, fibra y proteína, asociada a una disminución importante del consumo de grasas saturadas.

Si bien cada componente de la dieta mediterránea ha demostrado por separado tener efectos beneficiosos en la salud, pareciera ser que la sinergia entre todos ellos es la clave para lograr su efecto antiinflamatorio, antioxidante y protector cardiovascular.

 

Llevar este tipo de alimentación conlleva a otro interesante aspecto: su efecto en la microbiota intestinal, ya que favorece el desarrollo de especies del tipo prevotella, los que producen ácidos grasos de cadena corta con efecto antiinflamatorio e inmunomodulador y que tendrían un efecto benéfico en enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1 y la esclerosis múltiple.

 

Hay estudios que demuestran que si, además dejas de lado el sedentarismo y sumas ejercicio o cualquier actividad física a la dieta mediterránea, podrías lograr aún mayores beneficios a nivel cardiovascular.

 

En este mes del corazón -¡y siempre!- te invitamos a llevar este tipo de dieta, absolutamente favorable para tu organismo, mente y para el órgano más importante de todos.


Dra. Gianella Caiozzi A.